18 de julio el 20 aniversario del atentado a la AMIA
El 18 de julio de 1994, ocurría una de los mayores atentados acaecidos en la República Argentina. El ataque había consistido en colocar en un vehiculo un fuerte explosivo de nitrato de amonio, que al pasar frente a las puertas de la entidad, fue detonando provocando que el edifico de la AMIA, de siete pisos, volara por los aires, reduciéndolo a escombros y provocando la fatal muerte de 85 personas y 300 heridos.
Entre los años 1994 y 2005, se realizaron infinidad de investigaciones que fueron truncadas y manipuladas. Las investigaciones por entonces realizadas culminaban en dos posibles conexiones. Una de éstas era la llamada conexión Iraní, Argentina, Israel, EEUU, que hacia sospechar como perpetrador del genocidio al movimiento islámico libanés Hezbolá, sostenido por el apoyo económico de Irán. Por otro lado, la conexión Siria, hacia ver un posible atentado contra el entonces presidente Carlos Menem, quien había cancelado el proyecto de venta de reactores nucleares a Siria y el proyecto cóndor a Egipto.
Hoy, los familiares de las víctimas siguen reclamando justicia y mayor esclarecimiento sobre los hechos ocurridos. Miembros de la justicia y de la policía bonaerense de aquellos primeros momentos de la investigación son fuertemente cuestionados por supuestos encubrimientos y mentiras, y esperan de las autoridades actuales, que aquellos responsables de la acción policial y judicial sean removidos y debidamente investigados.
"Nos parece mentira que hayan pasado 20 años desde ese momento atroz que nos cambió la vida para siempre. Yo siento que fue ayer, para mí cada día es 18 de julio, cada día se nota la ausencia", relata en una conversación con la agencia Télam Olga Dejtiar, quien perdió a su hijo Cristian en el atentado terrorista.
Las razones se vuelven inexplicables cuando alguien muere victima de intereses, de guerras plenas de intolerancia e incomprensión
Sin embargo a pesar de las inoperancias, y del tiempo transcurrido, con el respeto de todo el pueblo argentino, la expectativa sigue en pie hacia aquellos que pelean día a día, en la titánica lucha que sigue para buscar a aquellos culpables que han dejado a madres, e hijos en el desamparo y la soledad, en la incomprensión de no poder asimilar que aquellos que se fueron una mañana a trabajar, no volvieron más a sus vidas. Las razones se vuelven inexplicables cuando alguien muere victima de intereses, de guerras plenas de intolerancia e incomprensión. No existe razón, ni interés, solo la fría convicción de creer que la muerte y el daño puede flaquear voluntades. Y sin embargo, la historia una y otra vez, demuestra que el ser humano, el hombre de todos los días aparentemente frágil y obsecuente, es capaz de salir de sí mismo y pelear con honestidad y justicia todos esos mismos días de su vida, hasta obtener la libertad, la verdad y la paz.