Cristina viajo en clase turista, pero sus funcionarios fueron en primera

11.12.2015 06:44
Durante largos años viajó en aviones oficiales, primero de Santa Cruz y después de la Presidencia.
 

Ya sin su investidura presidencial, Cristina Kirchner intentó mostrarse como una persona ‘común’ y decidió vivir la extraña experiencia de viajar en un avión de línea y en clase turista.

Alrededor de las 15hs de ayer, Cristina saludó a la militancia que la esperaba desde temprano con banderas en Aeroparque. De camisa blanca, calzas negras, la ex presidenta subió al avión, su asiento fue el 3E. A su lado se sentó Máximo Kirchner y parte de sus secretarios y numeroso personal de seguridad.

"No pude ver nada de la asunción de Macri", respondió entre risas y dijo que estuvo "a las corridas con los preparativos del viaje". Se sentó, pidió a sus colaboradores su cartera y le solicitó a Máximo que se quede a su lado.

Según Clarin.com, la gente le pidió fotos y dijo sentirse "muy bien", y fiel a su estilo agregó "ustedes (por los periodistas) escriban lo que ven". La acompaño Virginia García, cuñada de Máximo y flamante senadora nacional.

Una obvia puesta en escena para mostrarse como una persona humilde y sencilla. Permitió que los periodistas también se suban al avión con la idea de que fotos y videos se viralicen en las redes sociales.

Pero sin dudas no era su lugar. No es fácil volver a viajar como un argentino común luego de años y años viajando en aviones del Estado (primero de la gobernación de Santa Cruz y en los últimos 12 de la Presidencia).

Las imágenes recuerdan otros momentos épicos en la construcción del relato kirchnerista, como cuando Víctor Hugo Morales difundió fotos viajando en tren. O como cuando el mismo relator uruguayo caminó por las villas de la Ciudad de Buenos Aires. “Vivir en una villa es fascinante porque te podés escapar al Gaumont", decía el periodista ultra K.

Pero lo insólito es que sólo Cristina y Máximo viajaron en turista. Carlos Zannini, Eduardo ‘Wado’ de Pedro y Mariano Recalde, todos se ubicaron en primera.

Todo fue una puesta en escena. En tono irónico cuando le preguntaron por qué viajaba en clase turista contestó: "¿Y qué querés, que vaya en el ala?".

A las 18.50 el avión de Aerolíneas aterrizó en el aeropuerto de Río Gallegos. No quiso privilegios y esperó su turno para descender. Nada que ver con aquella persona que utilizaba la flota de aviones presidenciales para hacerse llevar los diarios a su casa de El Calafate.