Cristina y Stiuso, el plato fuerte del juicio por encubrimiento

07.08.2015 10:38
Hay fuertes expectativas en la comunidad judía y en la Justicia federal por el inicio del juicio oral por encubrimiento al atentado de la AMIA que comienza hoy y estará a cargo de los jueces Néstor Costabel, Jorge Gorini y Karina Perilli, del tribunal oral N° 2.
Las declaraciones testimoniales de la presidenta Cristina Kirchner y del espía Antonio “Jaime” Stiuso, serán el plato fuerte de un juicio que genera ansiedad en los pasillos del edificio de Comodoro Py.
 
La figura del fallecido fiscal de UFI AMIA, Alberto Nisman, sería el eje en la defensa de los primeros fiscales acusados y procesados por el presunto delito de encubrimiento, Eamon Mullen y José Barbaccia.
 
Estos fiscales convocaron en su momento a Nisman por su experiencia en procesos orales y éste los habría “entregado” en un acuerdo con Néstor y Cristina Kirchner para promover su carrera. Fue luego de avanzar contra sus ex colegas, que el ex presidente lo nombró y le dio presupuesto para su súper fiscalía, y empujó el nombramiento de su entonces mujer Arroyo Salgado como jueza federal de San Isidro.
 
En esos años Kirchner se entendía a la perfección con Stiuso, que avaló la jugada, según las fuentes consultadas. De hecho, el juzgado federal de San Isidro, pasó a ser mencionado como uno de los más cercanos a la SIDE.
 
En aquel momento, Mullen y Barbaccia, le solicitaron una auditoría a Nisman para analizar si era consistente o no la posibilidad de llegar a juicio con la pruebas obrantes en la causa. Sin embargo, las ambiciones de Nisman habrían hecho que los “traicionara” a sus colegas y al mismo juez Juan José Galeano, del que luego tomó el grueso de su investigación como propia, agregaron fuentes federales.
 
En esa época, Nisman trabajaba en provincia junto al actual abogado de Jaime Stiuso, Santiago Blanco Bermúdez.
 
Los acusados
 
En el juicio que comienza hoy se juzgará al ex presidente Carlos Menem y a su jefe de Inteligencia Hugo Anzorreguy, acusados de desviar la investigación para proteger a Siria.
 
Juan José Galeano, el primer juez a cargo de la causa durante casi 10 años, también se encuentra procesado y además se lo acusa de haber pagado a Carlos Telleldin para que acusara a falsos culpables.
 
Según la investigación de primera instancia, se demostró que Telleldín cobró 400.000 dólares por lo que fue un trabajo de inteligencia, pero además declaró contra un grupo de policías bonaerenses liderados por el comisario Juan José Ribelli, sospechados de recibir de sus manos la camioneta usada como coche bomba.
Otros de los acusados son Patricio Finnen, agente de la ex SIDE; Juan Carlos Anchezar, segundo de la ex SIDE; el ex comisario general de la Policía Federal, Jorge “El Fino” Palacios; y el policía retirado Carlos Castañeda.
 
Además de Telleldin, su ex esposa Ana Boragni, cómplice del cobro de dinero y de las operaciones, como su abogado Víctor Stinfale, también estarán sometidos a proceso.
 
Ruben Beraja, presidente de la DAIA en el momento de la explosión, también será juzgado en por la quiebra del Banco Mayo.
 
Los querellantes en el proceso son Memoria Activa, Apemia, 18-J y Familiares, además de la AMIA, la DAIA y el Ministerio de Justicia.
 
La acusación del Gobierno estará bajo la responsabilidad de Luciano Hazan, subsecretario de Política Criminal y ex abogado de Memoria Activa.
 
En tanto, Sabrina Namer y Roberto Salum, dos de los tres fiscales que sucedieron a Alberto Nisman en la Unidad Fiscal AMIA, ejercerán el rol de acusadores.
 
Por superposición de juicios entre el encubrimiento de AMIA y la tragedia de Once, se iniciará el proceso oral con una audiencia por semana pero se extenderá a dos una vez que Gorini, uno de los tres jueces del Tribunal, termine con el juzgamiento del accidente ferroviario que se estima finalizaría a mediados del 2016.
 
El delito del que se los acusa a todos los sometidos al proceso es el de “encubrimiento”. Esto lo involucra a Menem y Anzorreguy, ambos con problemas de salud por lo que sus abogados solicitaron permiso para que estuvieran ausentes.
 
También serán acusados por esa figura Galeano, Anchezar, Palacios, y Castañeda.
 
La acusación los culpa de no haber investigado la pista siria y a Alberto Kanoore Edul, quien aparece en la agenda de Telleldín y está probado que lo llamó el 10 de julio de 1994 al entregar la traffic.
 
Además, se juzgará a Menem por haber dado la orden al juez Galeano a través de Munir Menem, quien hizo las veces de “operador” para que no se investigue a Kanoore Edul.
 
Respecto al pago a Telleldin que se acreditó en el juicio oral del año 2004, se trataría de otro delito por el que deberán responder Galeano, los fiscales Mullen y Barbaccia, que aducen desconocer esa operación.
La pista iraní
 
Sin embargo, una de las paradojas de este proceso en que culparán a Galeano de no investigar en profundidad la pista siria, es que el propio gobierno respaldó en su momento el trabajo de Nisman que se apoyó en la investigación del ex juez. Nisman tampoco avanzó contra Siria. De hecho Galeano pidió las mismas capturas de funcionarios iraníes que luego pidió Nisman.
 
 
Es más, allegados a Galeano explican que la supuesta contradicción entre la pista iraní y siria es ridícula, ya que se trata de regímenes que aún hoy tienen establecida una alianza estratégica. “Es muy improbable que la orden del ataque a la AMIA la haya lanzado Irán sin el conocimiento y consentimiento de Siria”, explicaron a LPO funcionarios que investigaron el atentado.
 
“Peroel financiamiento y la instrumentación del atentado fue iraní”, agregan los investigadores, en una visión que comparten los abogados de AMIA Y DAIA.
 
De hecho, la única pista que conecta directamente con Siria es la figura de Kanoore Edul, pero se le encontró un papel escrito de su puño y letra con el número telefónico de Moshen Rabbani, uno de los altos mandos iraníes acusado de planificar el atentado.
 
La matriz iraní empieza a armarse con la declaración del disidente Manoucher Moatamer a días del atentado de julio de 1994. Este hombre se había escapado de la inteligencia iraní y estaba en Venezuela. Su testimonio fue denostado pero en él anticipó un atentado que iba a ocurrir en Londres a la semana siguiente y ocurrió. Por el aviso argentino se pudo evitar víctimas fatales.
 
Se sumaron declaraciones de especialistas en terrorismo internacional, de servicios de inteligencia extranjeros, de jueces especializados en terrorismo y de disidentes del gobierno teocrático que señalaron a las empresas involucradas como las personas y el rol de la embajada de Irán en el atentado.
 
Los investigadores estudiaron también la causa “Mykonos”, atentado de iraníes contra iraníes disidentes que estaban en ese bar en Francia.
 
A partir de todos estos testimonios se armó el cuadro que apuntaba a los funcionarios iraníes a los que se les solicitó la captura.
 
Sin embargo, el tema más sólido en la investigación de Galeano es el de las escuchas telefónicas.
 

Carlos Telleldín, pieza clave del entramado de encubrimiento

 

Desde lugares cercanos a AMIA, al aeropuerto de Ezeiza y al Aeroparque Jorge Newbery se comprobó que se realizaron llamados a un teléfono de la Triple Frontera a nombre de un tal André Marques.
 
Ese teléfono sólo estuvo operativo entre el 1 de julio del 94 hasta el 18 de ese mes, pocas horas antes del atentado. Entre las comunicaciones que se hicieron de ese teléfono, sobresalen las que se hicieron a Hattem Ahmad Barakat y Assad Ahmad Barakat, agentes del Hezbollah en la Triple Frontera.
 
Otro teléfono que dejó indicios de cargo contra los acusados fue el celular de Moshen Rabbani, quien además según la investigación nunca había tenido celular, pero lo obtiene poco antes del atentado.
 
Ese aparato emitió un llamado desde la antena cercana al estacionamiento Jet Parking justo en el momento en el que se estaba dejando la camioneta que explota en la AMIA. Se detecta además una llamada a la Mezquita Al Tahuil desde un locutorio cercano.
 
De esta mezquita sale a los pocos minutos un llamado a los centros operativos del Hezbollah, según pruebas obrantes en la causa.
 
Algunos de los del grupo operativo que realizó el atentado se fueron poco antes del hecho, según se interpreta una llamada desde el aeropuerto en la mañana del 18 al teléfono de Marques. En la zona de la triple frontera pudo reconstruirse mucha actividad antes del hecho y se estima que desde el teléfono de Marques se iba informando la evolución del operativo