Cuento Urbano
La ultima noche de verano, llegaba al bar de siempre justo en la esquina en donde el diablo y la muerte charlaban mientras entraban, yo esperaba a mis amigos invisibles. la muerte me invito a tomar una cerveza y el diablo agarro una guitarra y me contó lo que le paso cuando el viento del otoño ganaba la noche: "ella era la morena mas linda que vi (y aunque parezca una ironía hasta con los ángeles estaba de acuerdo de que si el hombre era semejanza de Dios con ella se había superado), había un señuelo que dejaba oculta cada sensación. ella me miro y lo percibió, había descubierto mi debilidad. mi corazón me traiciono (habré homenaje a Edgar Allan Poe) mi corazón se volvió delator. ella se acerco, se cumplía la premonición y ya nada podrá demostrar otra cosa que no sea mi fragilidad, yo exprimía diccionarios para hacerle una canción, no recordare cuantos besos dejamos en cada esquina, pero jamas olvidare la adrenalina que subió en esa habitación, se juntaron el bien y el mal, eramos una sola alma que se fusiono, se junto una religión con otra que nunca existió, nunca hubo tanto amor, elegimos el colchón mas chico y parecía enorme y cuando terminamos el piso de su departamento nos dio la bienvenida, a cada beso un ángel lloro, cuando me acuerdo de ella levanto el vaso y brindo por ella este donde este". pasaron horas de risas y guitarras que recordaba a hendrix, le pregunte al diablo a donde aprendió y me dijo: -pibe, de vez en cuando me doy una vuelta por el cielo y jimmy y un argentino llamado norberto pappo napolitano me enseñan-. me fui caminando por la calle entre el viento y los arboles amarillos del nuevo otoño dejando atrás otra historia falsa de la noche urbana de Catamarca.
por Dario Nieva