El Indio Solari por Chacareros

17.04.2014 18:40

Procesión Ricotera

 

 

Por: Xavi

 

  La presentación de Carlos “Indio” Solari  movilizó, como ya es costumbre, a miles de fanáticos que llegaron desde distintos puntos del país y el mundo a Entre Ríos para ver al ex Redonditos de Ricota, presentando su último trabajo “Pajaritos,bravos muchachitos”.

 El sábado 12 de abril de 2014 se convirtió en una noche inolvidable para los ricoteros que se llegaron al hipódromo y también para la historia del rock argentino, ya que las más de 170.000 almas convirtieron este recital en el espectáculo de Rock Nacional más grande de la Argentina.

 

   A la mítica “Misa Ricotera” esta vez  se le sumó la “Procesión Ricotera”. La gran masa de fieles se movilizó y eso se pudo ver sobre  las rutas, los accesos a la ciudad entrerriana estaban dispuestos por la ruta 136 por donde llegaban quienes iban desde Uruguay, por la ruta 16 quienes pasaban por Gualeguy, la 42 desde Concepción del Uruguay y la ruta 20 que fue la  más transitada. La falta de organización, el poco diálogo entre la productora (En Vivo Group SA) y el municipio o las asperezas con los organismos locales por la escisión de impuestos, dejó a merced y sin respuesta a los miles de seguidores que pretendían  arribar a la ciudad entrerriana y llegar al hipódromo. Nadie a quién preguntar, sin saber por donde ingresar.

 El tiempo corría y las rutas se copaban cada vez más y más, en 1 hora de espera sólo se avanzó 15 cuadras, pasadas las 19hs el sol empezaba a ponerse y la incertidumbre comenzaba a crecer, “y mientras tanto el sol se muere y no parece importarnos” tal cual lo dice “El Indio”, parecía no importar y  lejos de quedarse paralizados los ricoteros que se encontraban en el lugar  improvisaron playas de estacionamiento a la vera de la ruta, otros tantos no tan a la vera, más bien pisando la ruta. Parecía una de esas películas hollywoodenses en las que miles de personas abandonan sus vehículos y escapan del fenómeno, esta vez el abandonar era para ver el fenómeno. Así los miles de seguidores comenzaron una especie de procesión, la “procesión ricotera”, en la que podía verse una ruta colmada de fieles caminando por más de 2:30 hs,  cerca de  8 kilómetros, y dependiendo del lugar que dejaran su transporte, todo sacrificio era válido para poder ver al ídolo.

 

  La llegada al hipódromo no fue la más acogedora, a la agotadora caminata  se le sumo un predio lleno de barro y agua debido a las lluvias caídas los días previos al recital, el viento y el frío de la noche entrerriana no ayudaban mucho, el clima no era el mejor , poco importaba.

 Pasadas las 22  se apagaron las luces, una voz que presentaba el comienzo show, música de fondo… y el hipódromo explotó. “El Indio” comenzaba rezar. El clima ahora era de fiesta, euforia, hermandad; sólo buena onda se podía respirar, más de 2 horas de puro rock,  atrás quedaba  el cansancio de la caminata, la incomodidad del suelo y el frío de la noche, todo era alegría. Valía la pena todo el sacrificio y  por si fuera poco la frutilla del postre la pusieron Semilla Bucciarelli, Walter Sidotti y Sergio Dawi ex Redonditos de Ricota que, invitados por el Indio, subieron al escenario para jugar con la memoria emotiva de los fanáticos y hasta ilusionar con la vuelta de la mítica banda. El pogo más grande del mundo volvía a vibrar y otra vez  Gualeguaychú era todo carnaval, 170.000 almas en un sólo “Jijiji”.

 

 

 

“Bravos Muchachitos”

 

  La procesión para cinco catamarqueños comenzó mucho antes. Amigos del barrio, que por  distintas razones debieron emigrar pero que  dejaron parte de su vida en Villa Dolores, tal es el caso los hermanos Besada (Jorge y Roberto), los hermanos Martínez (Guillermo y Javier) y  Walther “Chito” Medina. Este quinteto comenzó  a caminar mucho antes del histórico 12 de abril, poco después  que las entradas para ver al “Indio” en  Gualeguaychú se pusieran a la venta, muy poco, al otro día, para ser más preciso el 11 de marzo. “Le giramos plata a Vanina, mi sobrina, que vive en Paraná para que las compre ya que en Catamarca no las vendían y lo más próximo era Santiago del Estero o Tucumán” –comenta Jorge-. Más de un mes de preparativos, había tiempo para la organización pero sin embargo no todo es como parece. “Nos pasó de todo, subía y bajaba gente, conseguir en que viajar, había que llegar con tiempo y nada de eso fue así. Yo fui el año pasado cuando tocó en Mendoza y es impresionante la cantidad de gente, sabía que teníamos que llegar antes porque los tiempos no son los mismos, eso si, en Mendoza hubo muchísima más organización” – Aclara Guillermo-.

  Con cara de complicidad entre ellos y  una que otra risa, arranca Javier a contar. – “Una vez que teníamos las entradas, que estaban en Paraná, había que subir gente, hasta ahí éramos Jorge, Guillo y yo. Hablamos con Roberto nos dice que estaría bueno pero no confirmaba, después Jorge habla a un amigo suyo y ya éramos cinco para ir en el auto de Jorge, “hasta aquí en ese auto”, el 30 de Marzo volviendo de Pirquitas Jorge tienen un accidente y choca contra el cerro, por suerte a él no le paso nada, sólo algunos golpes internos, pero el auto estaba destruido. Salvando la situación angustiante del accidente y conociendo que su integridad estaba bien, de nuevo había que planificar el viaje, ahora había un pequeño y gran problema ¿En qué viajar?

 Buscamos otros medios, salía un micro de aquí pero ya estaba lleno, otra era viajar a Santiago o Tucumán  y sumarse  ahí pero no nos aseguraban lugares. Estábamos a martes y no teníamos en que viajar, el recital era el sábado y había que viajar el viernes. Ese día me llama un pibe de aquí que me pasaron su dirección de facebook  para arreglar porque estaba en la misma, me comenta que él había conseguido un micro que salía de Aguilares,  que quedaban ocho lugares y que le confirme antes de la tarde. En ese momento me llama Jorge y me dice que su amigo conseguía un auto y que ya estaba resuelto. Le digo al otro pibe que gracias pero que ya resolvimos. Hasta aquí sólo quedaban ultimar detalles, el jueves al mediodía quedamos de acuerdo en que se viajaba el viernes a las dos  para llegar a Paraná a la noche. Ese mismo día a la noche me llama Jorge y me dice que su amigo se cayó y que no va, te imaginaras nuestra reacción, menos bonito lo que se te ocurra. No había tiempo a esa hora de buscar algo,  así que llamamos donde alquilan autos “Catamarca car”, nos dice que había un auto que podía ser pero que era chico. El viernes a la mañana vamos a ver y nos dicen que al auto ese lo habían alquilado y que quien lo alquilo no sabia que ya estaba reservado, en ese momento entra en escena Chito, me llama Guillo  y me dice que Chito ponía su auto pero que estaba flojo de amortiguadores que sólo podíamos ir cuatro, dudamos pero no era la idea bajar a nadie. Después los que alquilaban nos ofrecen otro auto pero que recién a las seis lo entregaban, así que cerramos ahí y organizamos todo para arrancar a esa hora. Por fin pisamos la ruta a las siete y media después de tantas  idas y vuelta, subidas y bajadas. Ya no importaba nada, ya íbamos en camino,”.

 

 “Y el mundo sigue girando”  parafraseando al Indio, el desafío se cumplió, sorteando obstáculos se llegó a destino, ir a ver parte del mito de “Patricio Rey”. Fueron 48hs   y  2.300 km  para formar parte de la historia del rock nacional.