El Reloj biológico de los hombres y los riesgos de una paternidad tardía
A partir de los 45 años se considera una edad reproductiva avanzada en los hombres. A medida que aumentan los años la calidad de los espermatozoides sufre un deterioro que puede afectar la salud del niño por nacer. En la actualidad existen estudios que ayudan a diagnosticar enfermedades de origen genético. ¿Cuestión cultural o decisión compartida?
En los últimos años frente al crecimiento de la esperanza de vida, producto del avance de la ciencia y la medicina, se generó un aumento del envejecimiento de la población. Según cálculos, se espera que para 2025 el 14% de la población de América Latina y el Caribe tendrá 60 años de edad o más. En este contexto, la maternidad y paternidad, también, se han vuelto cada vez más tardías.
Este fenómeno, ha puesto en debate el tema de la preservación de la fertilidad y los riesgos inherentes a la edad reproductiva avanzada, considerada una de las principales causas de infertilidad. En ese contexto, la medicina reproductiva entra en juego al tener que contemplar las necesidades y posibilidades de estos hombres y mujeres en el campo de la sexualidad y salud reproductiva para garantizar los derechos de los adultos y del niño por nacer.
¿Cuestión cultural?
“En la actualidad, la sociedad ya no presiona a las personas para que formen familia antes de los 30 años como se estipulaba hace algunos años. Hoy la tendencia es tener hijos una vez que la pareja convive, tiene trabajo estable y sobre todo, cuando realmente los desean. Es una realidad que las parejas del siglo XXI tienden a priorizar otros objetivos antes que el matrimonio o la paternidad, como por ejemplo: los estudios universitarios, desarrollo profesional, viajes, independencia económica, entre otras metas”, explicó en diálogo con InfoGEI el especialista en medicina genética y reproductiva, el Dr. Sergio Papier.
Asimismo, el médico enfatizó que hay “ventajas” muy visibles en el hecho de ser padres a mayor edad. “Los padres tardíos suelen poseer una vida más planificada y organizada, tienen más herramientas al momento de la crianza, no tienen tanto miedo de disminuir sus salidas en sociedad, al haber finalizado sus estudios y con un trabajo fijo, tienen una mayor disponibilidad y entrega hacia la familia”.
Sin embargo, como contrapartida, cabe destacar que los padres más jóvenes son más fértiles y hábiles en sentido biológico. “Al avanzar la edad tanto del hombre como de la mujer se van disminuyendo las capacidades de concepción, que normalmente son del 25%”, manifestó Paiper.
Ciclos de vida
Mientras que el envejecimiento reproductivo en las mujeres inicia pasados los 35 años, estudiosos del tema indican que en el caso de los hombres es a partir de los 45 años y aunque les sea posible concebir aún en edad avanzada existen riesgos que la pareja debe contemplar ya que la calidad de los espermatozoides sufre un deterioro con los años. Esto puede deberse a la mayor exposición a tóxicos medioambientales, tabaco, alcohol, infecciones y alteraciones hormonales, entre otras.
Algunas investigaciones indicarían que la edad paterna avanzada podría causar la disminución de la probabilidad de gestación durante el primer año e incrementar el riesgo de aborto. Además podría ser causante del bajo peso de los recién nacidos, de ciertos daños neurocognitivos en los niños y podría tener vinculación con la presencia de enfermedades como autismo, epilepsia, esquizofrenia, diabetes melitus y cáncer de mama en la descendencia.
Todo esto sería resultado de anomalías genéticas en las células testiculares de los padres con edad avanzada, incluyendo alteraciones en la impronta genómica (proceso biológico por el cual un gen se encuentra marcado bioquímicamente indicando su origen parental) como así también mutaciones de novo (mutación que se expresa por primera vez en una familia) ocurridas en las células espermáticas. “A medida que avanza la edad del hombre, la calidad de su semen se reduce y los últimos estudios realizados nos demuestran que la edad juega un papel en la fertilidad del hombre mayor de lo que se creía. La principal razón de esta pérdida de calidad es el deterioro en la movilidad de los espermatozoides, pero también puede deberse a la cantidad y al tamaño”, describió el especialista al ser consultado por este portal de noticias.
También se ha observado un incremento de las alteraciones cromosómicas numéricas y estructurales en hombres de edad avanzada. Se estima que existen entre 6000 y 7000 enfermedades genéticas, responsables del 20% de muertes en la infancia, y de la infertilidad de un 15% de los casos en varones y 10% en las mujeres.
Ayuda de la ciencia
“La edad del padre y de la madre en el momento de la concepción es un aspecto de gran influencia en el menor, ya que a medida que pasan los años, aumentan los riesgos de transmitir enfermedades genéticas, igualmente existen cada vez más estudios que permite diagnosticar alteraciones cromosómicas y enfermedades de origen genético. Estos estudios no sólo son ideales para progenitores de edad avanzada sino que también lo son para parejas con alto riesgo de descendencia afectada por desórdenes genéticos, alteraciones cromosómicas estructurales y enfermedades ligadas al sexo”, explicó el médico
Actualmente existen estudios que permite diagnosticar alteraciones cromosómicas y enfermedades de origen genético. Entre estos estudios se encuentran el PGD (Diagnóstico Genético Preimplantatorio) y PGS (Screening Genético Preimplantatorio). Estos estudios no sólo son ideales para progenitores de edad avanzada sino que también lo son para parejas con alto riesgo de descendencia afectada por desórdenes monogénicos, alteraciones cromosómicas estructurales y enfermedades ligadas al sexo. Además estos estudios se realizan para analizar a los donantes de esperma para promover tratamientos de fertilización asistida con disminución de riesgo de transmitir una enfermedad.
También existen estudios Prenatales y en el Recién Nacido, donde se analiza la presencia de genes que producen o predisponen a diversas enfermedades que pueden aparecer durante la infancia. Tiene como objetivo realizar en algunos casos una prevención de la manifestación de la enfermedad o la detección antes que se manifieste clínicamente lo que permite estar alerta para un diagnóstico y tratamiento temprano de la enfermedad. Estos avances dan la posibilidad al médico de identificar aquellas parejas con causas específicas para informarles sobre el riesgo de recurrencia o repetición evitando así nuevas frustaciones