Entre Ríos: Detectaron en una escuela un pozo de agua con glifosato
El Laboratorio PRINARC, de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral de la ciudad de Santa Fe, envió esta semana los resultados obtenidos de una muestra que arrojaron la presencia de residuos de glifosato en la muestra extraída directa del pozo de agua de la escuela.

María Cristina De Zan es la directora de la escuela Nº42 “Paso a Paso” de Almada. Hace 24 años que trabaja allí y explicó al diario El Día de Gualeguaychu que “desde que comenzó la siembra directa iniciaron la fumigación”. Pero reconoció que en ese momento no se hablaba de las terribles consecuencias para la salud de tal actividad. “No había protocolo alguno que indique cómo actuar. Es decir, nosotros dábamos clases mientras el mosquito giraba alrededor de la escuela. Tragábamos el veneno, porque le sentíamos el gusto amargo, sin saber lo que realmente lo que eso significaba”, se lamentó.
No obstante ello, la docente notó que algo pasaba en el rendimiento de los niños. “Tengo una estadística que fui armando en base a cómo fue disminuyendo el rendimiento de los chicos. Además comenzaron a aparecer muchos problemas renales, pero desconocíamos las causas, por lo que nunca tomamos ninguna medida”, reconoció.
El pozo de la escuela, única fuente de agua al alcance de alumnos y docentes, es uno de los más profundos de la zona con 52 metros. “Hace un tiempo, yo estaba de licencia y mi suplente, Rosana Benítez, envió la muestra a Obras Sanitarias y algo dio mal. Entonces tomó intervención Noelia Indart, directora de Ambiente y las muestras fueron derivadas a Santa Fe”, relató De Zan.
El Laboratorio PRINARC, de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral de la ciudad de Santa Fe, envió esta semana el peor veredicto que podían esperar. Los resultados obtenidos arrojaron la presencia de residuos de glifosato en la muestra extraída directa del pozo, “razón por la que se recomienda la no utilización de la misma para consumo”, se indica. El dato del laboratorio indica que hay 3 ±1 de glifosato en la muestra enviada, lo que supera ampliamente el límite de cuantificación, que es de 0.6 ng/ml.
Mientras la directora se notificaba el martes de las pésimas novedades en la Departamental de Escuelas, la docente María Luz Imas – quien anteriormente había denunciado una fumigación a pocos metros de la escuela en horas de clase- estaba en la Paso a Paso con algunos alumnos. “Me llamó para contarme que el mosquito fumigando en ese momento frente a la escuela. Ella estaba con sus dos hijas, que son alumnas de la escuela, y otra nena. Eran las 7:30 de la mañana. Ella le hizo señas al fumigador para que pare, pero no le hizo caso. Entonces, cruzó el alambrado y fue por adentro del campo hasta que lo detuvo. Habló con él y le explicó el protocolo. El señor le dijo que había terminado de fumigar a las cuatro de la mañana, que desconocía el horario de funcionamiento de la escuela y que había reiniciado la fumigación en ese momento porque debía terminar el líquido que estaba usando. Es decir, siguió fumigando hasta que se le terminó el glifosato preparado”, contó la directora.