Francia: Prohíben a una alumna asista a clases por usar una pollera muy larga
Esta semana la adolescente Sarah K., quien ya había sido mandada a su casa por portar una pollera negra hasta los tobillos, insistió -esta vez junto a sus compañeras de curso- en querer ingresar a su colegio en Charleville-Mézières, en el noroeste de Francia.
Las autoridades la enviaron otra vez a su domicilio por su "acción reivindicativa" y "concertada", según el diario regional L'Ardennais.
Las autoridades del centro lo tomaron como una provocación y, por tanto, como un ataque al laicismo, por lo que decidieron su expulsión de clase hace dos semanas y el pasado viernes nuevamente.
El colegio exigió a la adolescente, que acostumbraba a retirar su velo antes de ingresar en el establecimiento, que se presente con otra vestimenta, pero el padre de la joven se niega a que su hija regrese al establecimiento escolar de la región de Ardennes, según explicó al periódico Patrice Dutot, inspector escolar.
En 2004, tras largos debates y un gran revuelo mediático, Francia prohibió por ley el uso en establecimientos escolares y en oficinas de organismos públicos de signos religiosos ostensibles, entre ellos velos islámicos, cruces cristianas o estrellas de David.
La ley perseguía en particular al velo islámico, considerado un signo de sumisión de la mujer.
Sarah K., por su parte, afirmó hoy en declaraciones al vespertino Le Monde que la medida es "injusta" y que no justifica que la dejen fuera de clase.
La joven dijo que volverá a la escuela tras las vacaciones escolares y lo hará con pantalón, para evitar volver a ser expulsada, pero su caso provocó ya una reacción en la comunidad educativa al reabrir el debate sobre los signos religiosos en los centros escolares galos y las dificultades para aplicar la normativa, reportó la agencia de noticias EFE.
Como en tantas ocasiones, las redes sociales, en especial Twitter, se hicieron eco del caso bajo el lema "JePorteMaJupeCommeJeVeux" (uso mi pollera como quiero).
"Demasiado corta te escupen, demasiado larga te expulsan de clase. Déjennos en paz" o ¿Para cuándo la prohibición de los dibujos de Dysney por sus polleras tan largas? , se lee en algunos de los mensajes de la red social.
Inclusive, varias usuarias de Twitter publicaron fotos de actrices o políticas, como la directora del FMI Christine Lagarde o la ultraderechista Marine Le Pen, con largas polleras preguntándose si era una provocación al laicismo francés, mientras otras colgaron imágenes de las campañas publicitarias de grandes marcas de ropa femenina que para este verano buscan poner de moda polleras negras hasta los tobillos.
La polémica sacó a la luz decenas de incidentes de este tipo que se producen a menudo en los colegios, la mayor parte de ellos sobre faldas demasiado largas.
Según el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), el caso de la joven Sarah K. no es aislado.
Un informe del CCIF publicado en marzo de 2014 relata varios incidentes similares implicando a estudiantes de secundaria en los últimos tres años.
Para denunciar lo que estima "una deriva del laicismo en la escuela", el colectivo Stop au Control au Facies, que combate la detención por 'portación de rostro', lanzó una petición dirigida a la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem.
"Bajo la excusa del laicismo, ciertos establecimientos escolares discriminan y rechazan a alumnos cuyo único error es ser musulmán y pretenden dictar a las jóvenes qué vestimenta deben portar y cuál no. Una situación injusta y humillante", sostuvo la petición, que exige a la ministra "una reacción ejemplar contra estas discriminaciones"