Innovador método para tratar a pacientes que padecen de infertilidad

30.10.2015 07:23

Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba diseñaron un método que selecciona los mejores espermatozoides, aumentando la probabilidad de fecundación en parejas con dificultades para concebir un hijo. El dispositivo será utilizado por primera vez en el Instituto Universitario de Medicina Reproductiva (Iumer) el marco del Programa Nacional de Reproducción Asistida.

El método fue ganador del Premio Innovar. Foto: UNCiencia / InfoGEI
El método fue ganador del Premio Innovar. Foto: UNCiencia 

El Instituto Universitario de Medicina Reproductiva (Iumer), que funciona en el Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), es el primer centro de alta complejidad del interior del país –y el segundo a nivel nacional– que ofrece tratamientos totalmente gratuitos a las personas con dificultades para concebir un hijo.

Fue inaugurado en marzo de este año y ha tenido una demanda sostenida de parejas interesadas en recibir este servicio, y próximamente prevé implementar un novedoso Ensayo de Selección Espermática (ESE) desarrollado por un equipo de científicos de la UNC y el Conicet, con el objetivo de mejorar la efectividad de los tratamientos de infertilidad.

El método consiste en una pequeña cámara de acrílico que permite incrementar sensiblemente (en promedio entre un 200 y 400%) la cantidad espermatozoides en buen estado, es decir, aptos para fecundar. “Hasta el momento, hemos llevado a cabo pruebas de laboratorio con semen humano, con muy buenos resultados”, señaló a UNCiencia, Laura Giojalas, directora del proyecto e investigadora del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas de la UNC y el Conicet.

La pequeña cámara consta de dos compartimentos unidos por un pequeño conducto que hace de “puente”. En uno de los compartimentos se colocan los espermatozoides y, en el otro, una solución con progesterona que hace que los espermatozoides que están listos para fecundar sean atraídos químicamente, “viajen” por el conducto de la cámara, y se acumulen en el otro compartimento, donde quedan alojados.

Para idear este dispositivo, el grupo de investigadores dirigido por Giojalas estudió durante más de 10 años cómo ocurre la selección de los mejores espermatozoides dentro del cuerpo de la mujer y lograron identificar la función clave de la progesterona.

La técnica del ESE incrementa sensiblemente la población de espermatozoides capacitados. “Que un espermatozoide esté capacitado significa que tiene la habilidad necesaria para realizar determinadas tareas, como, por ejemplo, orientarse al ser atraídos por una molécula, o atravesar las envolturas que rodean el ovocito”, explica Giojalas.

Además, aseguraron una población seleccionada cumple con parámetros de ADN sano y bajo nivel el estrés oxidativo, lo que asegura que la calidad espermática de la muestra sea muy buena. Es decir, el método es totalmente inocuo.

También obtuvieron excelentes resultados en las pruebas realizadas con semen subfértil, es decir, con algún tipo de patología. Al ser tratados con el ESE, se pudieron recuperar los pocos espermatozoides en buen estado que tenía la muestra, en cantidad equivalente a los de una muestra de semen normal. “Ello es una evidencia más de que la caracterización por morfología, número y movilidad no refleja la verdadera capacidad que tiene un espermatozoide”, apunta el científico.

Nueva prueba y mejoras

“Ahora, esperamos comprobar la efectividad de esta técnica directamente en personas”, anticipó señaló a UNCiencia, Laura Giojalas.

Además de testear el dispositivo para evaluar si mejora el tratamiento de las parejas infértiles, el novedoso método será utilizado también para analizar la calidad fisiológica de las muestras de semen, a fin de ofrecer un diagnóstico. “Nuestra idea es usar el test para poder diagnosticar qué tan bien se comportará el semen analizado si se lo somete a tratamientos de fertilización en el futuro, tiene valor predictivo”, explica la investigadora.

El ESE podría aportar información muy útil sobre el estado fisiológico o calidad del semen, y las chances que tiene de generar una nueva vida.

“Lo que tenemos en cuenta es si funciona bien o no, es decir, si puede cumplir la misión de fecundar el ovocito y si progresa el desarrollo del embrión, independientemente de la forma del espermatozoide. De hecho, se sabe que pacientes cuyos espermatozoides tienen una muy mala morfología, igual son fértiles, porque son funcionales”, indicó Alejandro Guidobaldi, biólogo integrante del grupo de investigación y uno de los responsables del diseño de la cámara.

El estudio piloto forma parte de un Proyecto de Investigación y Desarrollo Clínico (PID-C) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que busca llevar la investigación en ciencia y tecnología a los hospitales públicos.

La intención es crear y articular alianzas de cooperación entre grupos de investigación en biomedicina y profesionales de la salud del sector público. El del grupo de Giojalas, es uno de los pocos PID-C que se aprobaron el país (en total hay 19, la mayoría concentrados en Buenos Aires) y el segundo que se otorga a científicos de Córdoba.

El grupo de científicos está realizando mejoras de innovación a la cámara para incrementar su nivel de eficiencia. La optimización de este desarrollo implica adaptarla a escala micrométrica, y se hace en cooperación con físicos de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la UNC, asociados a colegas de Bélgica.

“Pese a los muy buenos resultados, hasta ahora no hemos podido conseguir una población totalmente pura de los mejores espermatozoides. Junto a los espermatozoides que pasan guiados por atracción química, siempre logran pasar algunos otros por azar”, señala Giojalas.

Una vez finalizado este nuevo dispositivo capaz de obtener una población 100 por ciento pura de los mejores espermatozoides, también lo probarían en pacientes que reciben tratamiento en el Iumer.

Tras un arduo y largo trámite que demandó seis años, en 2015 obtuvieron la aprobación de la patente de propiedad intelectual de este método en Estados Unidos, Europa y Japón; donde se concentran el 80 por ciento de los tratamientos de infertilidad que se realizan en el mundo. Próximamente será otorgada también en Argentina. El propietario de la patente es Conicet y la UNC. El dispositivo obtuvo también el Premio Innovar, en la categoría Investigación Aplicada.

El Equipo está integrado por Laura Giojalas (directora); Alejandro Guidobaldi, Anahí Franchi, Marisa Cubila (investigadores); Ayelen Moreno, Esteban Dominguez, Noel Gallea (becarios