La dislexia afecta al menos a 400 mil alumnos de primaria
Se trata de un trastorno de aprendizaje que produce dificultades en la lectura e imposibilita su comprensión. En general, suele pasar inadvertida o ser mal diagnosticada, hasta que se convierte en un problema por el bajo rendimiento académico. Investigadores cordobeses desarrollaron un test para detectarla en forma temprana. Es el primero en su tipo diseñado en el país.
La lentitud en la velocidad de denominación de las palabras o que el niño lea con imprecisión son indicadores de la dislexia, una patología definida como una dificultad en el aprendizaje de la lectura que imposibilita su comprensión correcta.
Se trata de un trastorno de aprendizaje que afecta a muchos niños y suele pasar inadvertido o ser mal diagnosticado, hasta que se convierte en un verdadero problema, al acarrear consecuencias académicas para quien la padece y un bajo rendimiento escolar. También impacta negativamente a nivel emocional y sus efectos llegan incluso hasta la vida adulta, cuando la persona debe insertarse laboralmente.
Según diversos estudios epidemiológicos internacionales, entre el 10 y 15 por ciento de la población escolar tiene trastornos de lectura. Si se aplican esos porcentaje a la población de más de 4,63 millones de chicos que asisten al sistema educativo primario nacional ( de acuerdo a cifras del INDEC del 2009), se estaría hablando de que aproximadamente afectaría entre 464 mil y 700 mil alumnos de primaria.
Frente a esta problemática cada vez más extendida, un grupo de investigación dirigido por Alberto Fernández, psicólogo y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), desarrolló un examen de diagnóstico neuropsicológico que ayuda a detectar la dislexia en forma temprana (entre los cuatro y ocho años), que es el primero en su tipo diseñado en el país.
Específicamente mide la velocidad de denominación, es decir, cuánto tiempo demora el niño en nombrar las figuras que están representadas en una lámina. “Diversos estudios han demostrado que la velocidad de denominación está disminuida en los chicos de cuatro a seis años que posteriormente sufren dislexia. Por lo tanto, la prueba funciona como un indicador anticipado del desarrollo futuro de este trastorno”, explica Fernández en un artículo difundido por UNCiencia.
El psicólogo destaca la importancia de detectar a tiempo la problemática para intervenir lo antes posible en el tratamiento y ofrecer así mejores oportunidades de integración escolar y social.
Una prueba a medida de los niños de la región
El “Test de Velocidad Denominación” (TDV) incluye cinco figuras representadas en una lámina (casa, cuchillo, mesa, caballo, y conejo), cada una de las cuales se repite diez veces hasta llegar a un total de 50. El niño debe nombrarlas de izquierda a derecha y si la velocidad con que lo hace está por debajo de lo esperable para su edad, corre el riesgo de presentar luego este trastorno.
De acuerdo a los resultados obtenidos, el tiempo de lectura promedio en alumnos de primer a tercer grado es de entre 30 y 60 segundos. Antes de ser cronometrados, ensayan en una hoja de práctica el nombre de las figuras para mencionarlas correctamente durante la prueba.
Una de las cualidades del TDV es que fue diseñado en función de las características particulares de los niños en edad escolar y preescolar de la región, en base a una investigación realizada por los especialistas durante 2012 y 2013. Este trabajo incluyó el diseño y administración de diez figuras a 50 niños de 4 a 5 años que asisten a escuelas públicas y privadas de Córdoba, de las cuales se seleccionaron aquellas cuya frecuencia de error en la denominación fue cero. La prueba también descartó letras y colores, debido a que no fueron fácilmente reconocidas por los pequeños.
Así, se logra una adaptabilidad mucho mejor que las pruebas que existen actualmente para detectar trastornos de aprendizaje, como el test internacional de medición de la lectura utilizado en Estados Unidos (LEE).
Según explica Fernández, estas pruebas son inadecuadas para la población local -entre otros motivos- por la dificultad de adaptación tanscultural del texto.
“En inglés las palabras tienen un sonido distinto, que puede ser más largo o corto que en español. Por ejemplo, el equivalente de stars en español es estrella, una palabra mucho más extensa al pronunciarla en nuestro idioma. Por eso no se puede trasladar directamente el LEE a nuestra población escolar. Si lo hiciéramos, los resultados arrojarían que todos los chicos argentinos son lentos para leer en comparación con los estadounidenses”, describe.
El test se puso a prueba con casi cien chicos de primer a tercer grado pertenecientes a diez instituciones escolares de la provincia; y se implementó con alumnos de primer grado que asisten a una escuela municipal de la ciudad de Córdoba.
Hasta ahora, evaluaron la habilidad de la prueba sólo para la detección de la dislexia. Pero el test podría servir para identificar otros problemas de aprendizaje comunes, como el déficit de atención y la discalculia (trastorno en el aprendizaje de números).
