La oposición busca sostener la educación laica

01.08.2015 09:13

El papa Francisco podría volver a hacer valer su poder de lobby en el Congreso como ya ocurrió con el nuevo Código Civil, pero esta vez para dar un cambio radical en la historia argentina como sería eliminar el derecho a educación laica.
Se trata de un logro de la elite del siglo 19, que sorteó el enorme poder que entonces ejercía la Iglesia y en 1884 incorporó en el artículo 8 de la ley de de educación la condición de laicidad.
 
El resultado de esa disputa impidió que las escuelas públicas obligaran a los chicos a rezar antes de entrar a las clases.
 
Siempre atentos, los operadores del Episcopado que circulan por los pasillos del Congreso mucho más de los que se cree, encontraron el vericueto para poder penetrar sin reparos en la escuela pública.
 
En 2006 lograron que, por casualidad o no, los legisladores olvidaran ratificar la laicidad en la nueva ley de educación, aunque no la derogaron de la norma anterior.
 
Pero esa tarea sí la hizo la bicameral de digesto jurídico, encargada de reducir la cantidad de leyes eliminando aquellas normas viejas superadas por otras. La ley de educación de 1884, en su totalidad, entró en esa categoría.
 
El radical Manuel Garrido, miembro de la bicameral, puso el grito en el cielo y exigioó que si se va a descartar esa norma se recupere el artículo 8, pero por ahora no hay respuesta oficial.
 
“La educación pública, obligatoria, gratuita y laica es uno de los triunfos más importantes de nuestra democracia constitucional. Debemos asegurarnos que ello siga así”, planteó hoy Mario Negri, jefe del bloque UCR.
 
“Si bien consideramos que el carácter laico de la educación pública se encuentra garantizado en nuestro sistema jurídico, tanto en los principios constitucionales como en el artículo 8 de la ley 1420 (que entendemos no ha sido derogado), creemos conveniente adoptar las medidas que resulten necesarias para saldar la discusión al respecto”, agregó Negri.
La falta de respuesta oficial puso nerviosos a muchos, sobre todo porque ya hay antecedentes sobre lo que significa no dejar claro que la educación laica es un derecho: en Salta se ampararon en la norma de 2006 para impartir enseñanza católica en los últimos años. Con ese retoque jurídico nadie podría impedírselo.
 
El miedo de la oposición es que el Papa Francisco vuelva a hacer valer su poder desde el Vaticano, como ya ocurrió en el debate del Código Civil que se implementará desde este sábado.
 
Desde Roma, en diciembre de 2013 Francisco logró que el Código aleje mucho más la posibilidad de legalizar el aborto, al considerar la vida desde la concepción pero no “en el seno materno”, como regía anteriormente.
 
Fue un cambio de último momento e impensado un año atrás, cuando el Código empezó a discutirse y Francisco era el cardenal porteño Eduardo Bergoglio y no tenía relación con Cristina, a quien su viejo círculo llama con ironía como su “nueva amiga”.
 
Con aquel viraje la presidenta se burló hasta de su jefa de bloque de diputados, Juliana Di Tullio, militante a favor de la aborto. Recién en la última reunión de la bicameral se enteró que sería todavía más difícil cumplir su deseo.
 
Con ese antecedente, los legisladores evitan confrontar con la iglesia y no esperaban hacerlo por un tema tan central como la educación.
 
Pero no tendrán opción si el kirchnerismo no aclara que terminar con la educación laica, como dispuso una bicameral del Congreso, no es un proyecto de Gobierno sino sólo un involuntario error administrativo.