Los egipcios votaron en cuentagotas en la primera jornada de las elecciones legislativas

17.10.2015 20:03

Temprano a la mañana del domingo, soldados, armados con kalashnikov, abrieron las puertas y comenzaron a organizar la escasa cola de personas que esperaban su turno, separando a los hombres de las mujeres.

Así comenzaron las primeras elecciones legislativas que por primera vez en 30 años no contarán con la participación de la Hermandad Musulmana, la organización conservadora islamista que llevó al poder al derrocado Mohamed Mursi en 2012 y demostró ser la fuerza política más organizada del país.

El presidente egipcio y líder del golpe de 2013, Abdel Fatah al Sisi, centró su gobierno en la promesa de "erradicar" este movimiento islamista fundado hace 90 años y que en 2012 ganó las elecciones legislativas y la presidencial, los primeros escrutinios libres y democráticos en la historia de Egipto.

Desde la destitución de Mursi, este movimiento fue declarado "grupo terrorista" y víctima de una feroz represión: más de 1.400 militantes resultaron muertos y más de 15.000 miembros de la cofradía -entre ellos la casi totalidad de sus dirigentes- fueron detenidos, como es el caso del ex Jefe de Estado, condenados a muerte este año.

Hoy dentro de las aulas, entre murales y pósteres, las boletas electorales comenzaban a llenar poco a poco las urnas, una de ellas destinada a los candidatos individuales, que ocuparán 448 escaños del nuevo Parlamento, y otra a las coaliciones de partidos políticos, que se tendrán que contentarse con 120 asientos.

Durante la mañana, la mayoría de los votantes eran mujeres y hombres mayores, principalmente porque los domingos son días laborables en Egipto.

"Desde la revolución (de 2011, que derrocó al entonces presidente Hosni Mubarak), todos sabemos que tenemos que votar; es nuestro derecho", destacó Amina Galal, una empleada estatal de 50 años que aprovechó un permiso en el trabajo para ir a votar en el barrio capitalino de Imbaba, según consignó EFE.

Estas elecciones legislativas tienen una primera etapa que comenzó hoy y terminará mañana, y luego una segunda etapa, un balotaje, que se realizará en diciembre próximo.

La participación es una de las grandes incógnitas de esta cita electoral, especialmente después de que la abstención y la evidente apatía social marcaron la elección presidencial del año pasado, cuando Al Sisi abandonó el uniforme de general golpista del Ejército y se puso el traje y la corbata de presidente electo en las urnas.

Pese que estos comicios fueron presentados como una parte central de la era post Mubarak, una gran parte de los candidatos son empresarios, militares y policías retirados, caciques locales y miembros del antiguo régimen de Mubarak, sin un ideario político claro pero fieles al actual presidente y ex jefe de inteligencia militar en los años del antiguo mandatario.

Se espera que los diputados elegidos, ante la debilidad de los partidos y el dominio de la Asamblea por candidatos individuales, se limiten a apoyar las políticas del presidente Al Sisi.