Mauricio Macri revolucionó la vida de los humauaqueños en el cierre de su campaña presidencial

Mauricio Macri sepultó a Tan Biónica y se prendió al carnavalito de Humahuaca el mismo día en que su competidor en el ballotage del domingo lo acusó de ser un creído de Barrio Parque.
El líder del PRO revolucionó la vida de los humauaqueños en el cierre de su campaña presidencial, con una fiesta en el monumento a los Héroes de la Independencia ubicado a metros de la plaza central del pueblo.
En las inmediaciones del acto, los jujeños se sacaban fotos con un Macri de cartón a escala real, tomaban fernet en vasos con la cara del candidato y entre los tradicionales puestitos de artesanías de la Puna podían comprar el CD con la música de "Mauricio presidente".
Con la ayuda de Gerardo Morales, gobernador electo de Jujuy, Macri juntó a más de seis mil personas (según cálculos del PRO) que soportaron el sol de frente a la espera del último discurso de una campaña que se estiró todo el año.
Luego de horas de música y carnaval en vivo, Macri apareció en el escenario montado al pie del monumento luego de una breve introducción de Morales, la interpretación de un carnavalito tecno con erke y el canto de una niña de 11 años que emocionó a los funcionarios con una copla. "Voy a dejar lo que tengo y lo que no tengo para que los argentinos tengan mejores oportunidades", aseguró.

"Los verdaderos héroes de nuestra patria, no son un pequeño grupo de iluminados, somos todos", indicó el jefe de gobierno porteño, que habló sólo 11 minutos y agradeció a quienes lo estaban siguiendo por Facebook.
El breve discurso de Macri tuvo un tono conservador que se condice con la prudencia con la que se manejan en el PRO por estas horas. En el macrismo creen que tienen garantizado el triunfo el domingo, pero quieren evitar maniobras grandilocuentes para no poner en riesgo el resultado.
“Necesito que confíen en ustedes mismos", advirtió y les dijo a los presentes que el domingo cuenta con ellos: “Estos dos días que nos quedan transmitamos a todos la alegría que tenemos en nuestros corazones”, arengó, budista.
"Sí, se puede, podemos vivir mejor", repitió el candidato de Cambiemos mientras explotaban los fuegos artificiales. Luego deslizó las únicas propuestas de la noche, cuando mencionó otra vez la “pobreza cero”, la vivienda propia con cloacas y el agua corriente y pidió enfrentar al narcotráfico para que no siga destruyendo familias.

"Se terminó la época de las banderas que nos ponían de un lado o del otro, ahora es todos juntos", aseguró en acaso su única mención velada al kirchnerismo y enfatizó que “en Argentina hay que escuchar más; no peleemos, no discutamos”.
Sin mencionar a su compañera de fórmula, que está internada por un cuadro de gastroenteritis, adelantó que “estamos listos para vivir una etapa maravillosa de nuestra historia”.
“Vamos Argentina, Cambiemos. Los quiero, los amo”, concluyó antes de que se subiera al escenario un grupo de jujeños que lo abrazó y le puso un poncho fucsia.
Cuando logró sacárselos de encima, se subió al auto mientras sonaba, una vez más, “No me arrepiento de este amor” de Gilda. Se verá.