Pesticidas mortales dejaron una docente en estado delicado

24.01.2015 07:49

El caso de la docente con la sangre contaminada con agrotóxicos conmueve a la provincia de Entre Ríos. Ambientalistas reconocieron que “no es ninguna sorpresa lo que está pasando” y señalaron que el Estado es responsable de la salud de la maestra.

Esta semana se confirmó que una maestra rural tienen la sangre contaminada con agroquímicos que son tóxicos para los humanos. Foto Archivo
Esta semana se confirmó que una maestra rural tienen la sangre contaminada con agroquímicos que son tóxicos para los humanos. Foto Archivo

El análisis positivo de agrotóxicos en la sangre de Estela Lemes conmocionó a todas las ONG ambientalistas y a la provincia de Entre Ríos. Es que la consigna “Paren de Fumigar las Escuelas”, se ha vuelto cotidiano en los mensajes ambientalistas, aunque en la práctica no ha llegado a buen puerto.

En ese contexto, diario El Día de Gualeguaychú consultó a referentes del cuidado del medioambiente, para conocer qué pasa con este resultado de los análisis y cómo continúa esta problemática.

El referente de la Asamblea Ambiental de Concepción del Uruguay, e integrante de la agrupación Paren de Fumigar las Escuelas, Jorge Bevacqua, aseguró que “lo de Estela Lemes viene a confirmar lo que nosotros ya sabíamos, sólo de andar y de estar en contacto con las maestras rurales que son fumigadas de manera sistemática; desde 6 a 8 fumigaciones por año”.

Además, confirmó que “son muchas las docentes que tienen agrotóxicos en sangre, en mayor o menor medida. En la región tenemos tres casos más de docentes con agrotóxicos en sangre”.

Responsables

Respecto a las responsabilidades por lo ocurrido con Estela Lemes y otras docentes rurales de la región, Bevacqua indicó que “esto es una situación muy compleja; este es el modelo de producción agropecuaria que requiere la aplicación de millones de litros de pesticidas. Como esto es incontrolable, termina recayendo sobre las escuelas y viene a parar al organismo nuestro”.

Asimismo, agregó que “este es el modelo de producción que se estimula y que se promociona desde todos los organismos oficiales y hay empresas que sacan provecho económico de eso. Ellos buscan más rédito económico; es cambiar salud por ganancia económica para unos pocos. Estos análisis son una muestra de eso”.

En tanto, el ambientalista de Concepción del Uruguay, adelantó que “como parte de la campaña, vamos a tomarle muestras a más docentes rurales y de la zona semi-urbana de Concepción del Uruguay para conocer más sobre el estado de salud de las trabajadoras”.

“El Estado tendría que hacerse cargo de la docente, porque ella está pasando esto por trabajar en ese lugar, pero el Estado no lo reconoce y no sé si se lo va a reconocer”, sentenció Bevacqua en relación a un posible tratamiento para afrontar la contaminación en la sangre de Lemes.

Además, resaltó que “lo que nos han dicho los médicos, es que cuando ingresan los pesticidas al organismo, no hay forma de sacarlo; quedan adheridos a los tejidos grasos. Sólo esperamos tener suerte, que el organismo de Estela sea fuerte y tener las menores consecuencias posibles. Pero no hay tratamiento para que se vaya bajando el nivel del pesticida que tiene”.

“No es una noticia más”

Desde Fundavida también se expresaron sobre el caso de la maestra fumigada. En un texto enviado a dicho diario expresaron que “la confirmación del envenenamiento con agrotóxicos de la docente de costa Uruguay no es una noticia más en la vorágine informativa cotidiana porque expone en forma inapelable el bestial modo de producción que nos han impuesto los intereses económicos que han tomado por asalto nuestra Pampa Húmeda, en connivencia con minúsculos sectores locales asociados a este nefasto sistema de agricultura industrial”.

“Hoy todo se ha hecho evidente: estos productos envenenan y matan, a pesar de lo cual los siguen usando sin importarles para nada sus efectos devastadores. El envenenamiento de Estela ratifica en forma definitiva, aunque ya no sea necesario, que este modo de producción es insostenible, que envenena las personas, la naturaleza, los acuíferos e hipoteca nuestros futuros y el de nuestros descendientes en forma irreversible y definitiva”