Sub 20 Argentina vs Colombia a las 19 hs

29.01.2015 07:45

Foto: AFP 

Con un planteo que ofrecerá más recaudos, la Argentina jugará con Colombia, a las 19, con la idea de despejar el camino hacia la clasificación; con Compagnucci y Vega desde el arranque, el DT Grondona apuesta por un 3-4-1-2

 

 El GPS lanzó una advertencia y el conductor tomó nota. El campeonato Sudamericano Sub 20 entró en la etapa en la cual las selecciones deben ratificar presunciones y espantar incertidumbre, dejar de ser murmullo y subir la voz para ser una palabra autorizada. La porción más atrapante del torneo dio su primer paso y dejó entrever que se tomaron mayores recaudos. La lucha le torció el brazo al juego, un reflejo de que un tropiezo es sinónimo de sueño frustrado. Nadie está dispuesto a ofrecer grietas, la cosecha se contará recién al final y cada punto sirve para lograr el objetivo. La Argentina, después de entregar libertades ofensivas a sus rivales, conjuntos de menor relieve, empezará a chocar con las selecciones de jerarquía, las que se animan a dar batalla por los cuatro cupos para el Mundial de Nueva Zelanda, y la plaza y media de los Juegos Olímpicos de Río. Colombia, desde las 19, examinará a la nueva estructura que, sin resignar protagonismo, cambiará su fórmula.

Los juveniles ganaron la zona con abundancia estadística, pero ahora tienen que satisfacer, a partir del funcionamiento, exigencias que se intuyen en alza. La foto repetida de cada partido fue que cuando el equipo pierde la pelota queda desbalanceado, lo que lo convierte en vulnerable. Ataca con muchos; defiende con pocos y entrega espacios. Blindarse ante un rival que todo lo hace a partir de la tenencia de la pelota es un síntoma de inteligencia, después de los variados llamados de atención que dio Perú en el debut del hexagonal final, una alarma que se encendió en el paso por Colonia, donde el enorme poder de fuego maquilló los desajustes. Modificará el sistema el técnico Humberto Grondona, que empeñará a una pieza de ataque por una de contención, con el ingreso de Compagnucci por Espinoza; el combativo mediocampista de Vélez barrerá por detrás de la línea de los volantes, donde Ibáñez le dejará el puesto a Vega. Por primera vez, la Argentina abandonará el 3-4-3 para reacomodarse en un 3-4-1-2.

Con los movimientos que poblarán la franja central, la Argentina incomodará el manejo de Rovira, el estratego que con andar cansino hace las veces de titiritero en Colombia, y les quitará espacios a Lucumí -un velocista con buena definición- y Quiñonez, un jugador que se mueve sin posiciones fijas. Borré, el delantero de área, o Morelos, una duda que no disipó el DT Restrepo, la referencia de Monteseirín, el defensa argentino que marca al atacante más potente del oponente.

El rival resulta otra formación indescifrable, que empezó el certamen con juegos intensos, pero que también se desinfla, como los argentinos. Como a la Argentina, se le hace cuesta arriba con aquellos seleccionados que levantan barricadas; Paraguay, con un juego de achicar espacios y cerrarse en defensa, fue un obstáculo que ninguno de los dos supo sortear.

La esencia de la Argentina no tendrá que alterarse, porque tomar recaudos no debería repercutir en resignar la propuesta ofensiva que desarrolló. Este equipo enseñó que se siente cómodo atacando. Martínez será, como de costumbre, el eje, el comandante de los avances; un lanzador para la potencia de Simeone, el goleador del campeonato, también el futbolista que más veces remató al arco, con 15 disparos. La eficacia de Gio es altísima, ya que casi la mitad de las veces que ejecutó, fue gol. Artillero en racha, tendrá en el desequilibrio de Ángel Correa a otro socio para lastimar a una zaga que no da seguridad y se desconcentra con facilidad.

Un paso firme servirá para tomar mayor impulso, para presentar credenciales de aspirante a todos los premios. La selección todavía adeuda dar un gran golpe frente a un rival de renombre, como es Colombia, último campeón sudamericano de la categoría. Una victoria posibilitará despejar el camino y tendrá una resonancia intimidatoria